Doble Cara no es la historia de la guerra civil salvadoreña, ni de la accidentada postguerra. El autor no escribe historia, nos cuenta historias, sus vivencias personales como reportero cubriendo la guerra civil salvadoreña —y luego durante 12 años como guerrillero; y en la postguerra, como columnista político.

Es la experiencia de alguien que está traspasando —ida y vuelta— la frontera entre periodismo y militancia. Contando sus 40 años de vivir los conflictos salvadoreños y descubriendo como se vuelve actor de esta historia, el autor también pasa revisión de su pasado como lingüista, electromecánico, sindicalista, editor, reportero...

No es teoría política, sino la narración amena y a veces humorística de las aventuras de un alemán en medio de la convulsionada historia de El Salvador. Lo acompañamos en la clandestinidad urbana, en las montañas de Morazán, con fusil y cámara —pero también viajando por el mundo para conseguir dinero para las películas documentales que produce con Radio Venceremos —y que luego presenta en festivales internacionales. Un navegar permanente entre mundos opuestos.

En 2012 Paolo se mete en una aparente locura, junto a un obispo, dos exguerrilleros y un general del ejército, para gestionar ‘la tregua’. Logran que las temibles pandillas suspendan la guerra entre ellas, que durante 20 años ha desangrado las comunidades.

Visitas en las cárceles, encarando a los jefes de las maras; las intrigas políticas, que 14 meses después hacen fracasar el intento de construir paz social. Y luego la persecución política-judicial contra los protagonistas de este proceso, la cual al final obliga al autor a abandonar el país.

El libro inicia un 10 de enero de 1981, día que Paolo llega a El Salvador para cubrir la ofensiva guerrillera, inicio de 12 años de guerra. Y termina otro 10 de enero, 41 años después, con el autor caminando nuevamente por la montaña, por la cual sus excompañeros lo sacan del país y al exilio.